“El Niño” es un fenómeno a gran escala, responsable de cambios de efecto global a corto, mediano y largo plazos y que se manifiesta por la presencia de agua con temperaturas anómalamente elevadas en el Océano Pacífico frente a Ecuador y Perú, durante un período de tres a cuatro meses consecutivos. En “El Niño 97/98” las condiciones oceánicas y atmosféricas propias de este fenómeno se desarrollaron en gran parte del año 1997, registrándose las máximas anomalías positivas de la Temperatura Superficial del Mar (TSM) en los meses de noviembre y diciembre, después de un receso temporal por la variación estacional de la primavera. La TSM registró en diciembre, las más altas temperaturas, con anomalías positivas hasta de 5°C sobre el Pacífico Ecuatorial Central y Oriental.
A profundidad, frente a las costas de Sudamérica, continuó observándose la columna de aguas cálidas, abarcando desde la superficie hasta los 200 m, registrando temperaturas superiores hasta 11°C sobre su promedio climatológico. En el último trimestre del año 1997, la formación de “El Niño 97/98” alcanzó su máximo desarrollo, lo que indicó la finalización de la fase madura. En los meses del verano austral de 1998, la disminución de TSM, tanto en intensidad como en cobertura, indicó la fase de declinación de “El Niño 97/98”, fase que se caracterizado por la liberación de energía acumulada durante el año 1997; en nuestro país, la liberación de energía se tradujo en la presencia de lluvias e incremento en la temperatura del aire, especialmente en la costa peruana.